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El 66% de nuestro territorio es agua y estamos presos en nuestras aguas

Muchos países quieren controlar nuestro Río Paraná, que por U$S 250 millones puede administrar Argentina. ¿Quiénes lo impiden?

Nac&Pop | ARGENTINA SANGRA POR LAS BARRANCAS DEL RÍO PARANÁ

Luciano Orellano, autor de Argentina sangra por las Barrancas del Río Paraná

“El 66% de nuestro territorio es agua y estamos presos en nuestras aguas”, plantea Luciano Orellano, autor de Argentina Sangra por las barrancas del Río Paraná, libro en el que describe los motivos del empobrecimiento del pueblo, que son los que enriquecieron a unos pocos que hoy pretenden conservar el negocio ultramillonario que iniciaron hace veinticinco años, cuando el gobierno del ex presidente Carlos Menem privatizó la red Troncal del Río Paraná, lo que habitual y erróneamente denominan Hidrovía

“Zubizarreta de Dreyfuss, Paolo Roca con el hierro, Padoan de Vicentín, Syngenta, Cargill, Monsanto, la Cámara de Exportadores y podría seguir con algunos más, que son los que quieren mantener el control de nuestro Río Paraná y seguir contrabandeando el 40% de nuestra riqueza, como lo vienen haciendo hasta ahora”, manifestó Luciano.

Conocer para defender, defender para amar, amar para liberar, para que en el trono de la vida cotidiana esté la noble igualdad”. Luciano Orellano

El dirigente expone que prefiere no hablar de Hidrovía, sino de la Cuenca del Plata, ya que se trata de una unidad territorial que involucra a cinco países y ciento treinta millones de personas. A través de esa unidad única circulan 127 millones de toneladas de riquezas e ingresan 5000 buques por año. “No va sólo soja. Por el Paraná también salen las mayores reservas de hierro del mundo, que están en manos de Paolo Rocca”, dice.

En la actualidad, está a punto de vencer la licitación del dragado del Paraná. A lo largo de estos veinticinco años este trabajo estuvo a cargo de la empresa Jan de Nul, de orígen belga, que pugna por continuar el negocio, del mismo modo que otros países lo codician. “Todo el mundo quiere el control de la Cuenca del Plata: China, Bélgica, EEUU, todos los países. ¿por qué?”, plantea el autor.

Pero del enunciado surgen preguntas. ¿Por qué Argentina necesita licitar esa actividad? ¿Existe la posibilidad de hacerlo sin necesidad de la intervención de empresas privadas o públicas extranjeras? ¿Qué inversión requiere? ¿Qué se lograría?

“Jan de Nul son treinta dragas. Cada una vale 30 millones de dólares y se necesitan siete de succión y una más para lo que se llama corte. Con eso se draga la Hidrovía. Con 250 millones de dólares Argentina puede tener lo necesario para el dragado», describe.

El acuerdo cerrado con la empresa belga garantiza que los trabajadores que operan las dragas son argentinos. Por esa razón, contando con los conocimientos técnicos, científicos y trabajadores, y teniendo en cuenta que el material necesario para ‘argentinizar’ el negocio no es un importe inalcanzable, se impone hurgar en los motivos por los que no se encara un cambio drástico que transparente los ingresos nacionales.

“Por detrás está el contrabando de entre el 30% y 40%, que tiene múltiples mecanismos legales e ilegales, por eso no hay registro de lo que llevan esos buques, la circulación; nadie lo sabe porque lo que sabemos es lo que dice la empresa belga que hace todo con declaraciones juradas aunque sin control”, afirma Orellano,

Una draga vale 30 millones de dólares y se necesitan siete de succión y una más para lo que se llama corte. Con 250 millones de dólares Argentina puede tener lo necesario para el dragado del Paraná» Luciano Orellano

La Gran Rosario  -explica- se ha convertido en un polo industrial, en el ‘embudo’ de América del Sur, a donde llegan 2 millones de camiones y 250 mil vagones de trenes. El año pasado tuvo una facturación cercana a los 30000 millones de dólares. “¿Por qué hay que seguir defraudando al Estado argentino? No hay control cuando sale el camión del campo o del acopiador, hay falsificación, después en el puerto sólo hay una declaración jurada que tampoco es controlada».

El río, el agua, el lecho del río es soberanía inalienable del estado argentino”

El escritor, que además es integrante del Foro Recuperemos el Paraná, sostiene que hay una gran maquinaria de contrabando y robo en el que, lamentablemente, Uruguay presta la logística a los buques. «Un 40% es en negro y va a Montevideo, que es zona franca, y de ahí puede entrar al mercado mundial sin explicar su orígen», agrega.

Allí se centran algunos de las explicaciones por las que hay tanto interés en renovar y que la Red Troncal del Río Paraná y permanezca en manos foráneas, la mayoría de los gigantes agroexportadores son empresas de capitales extranjeros, como Cargill, Dreyfuss y otras.

Por supuesto, la falta de control y la salida de cifras con las que en poquísimo tiempo se podría resolver en nuestro país el drama del hambre, la pobreza y la dignidad, ofrece una gran oportunidad al ingreso y egreso de sustancias prohibidas, trata de personas, y otros negocios ilícitos y clandestinos.

Nunca hubo tanto trigo, maíz, leche y carne con una pobreza estructural tan grande”

Según el presidente del Partido del Trabajo y del Pueblo de la provincia de Santa Fe, otro gran negocio que transita por esas aguas de manera más silenciosa, aunque no administra migajas, es el de la minería. Una investigación que desde hace mucho tiempo lleva adelante la socióloga Alcira Argumedo, da cuenta de que la empresa Bajo la Alumbrera saca anualmente 8300 millones de dólares en negro gracias a las declaraciones juradas.

Aunque diéramos por perdido lo robado hasta hoy, si a partir de ahora nuestro país frenara el robo, en cinco años saldaríamos la deuda con el FMI.

Sin embargo, tanto Luciano Orellano como otros dirigentes e intelectuales que estudian estos temas, abren sus expectativas y aunque escasa, una cuota de esperanza en el Consejo Federal de Hidrovía. La ilusión militante se centra en una palabra: soberanía. «Estamos frente a una oportunidad histórica porque el Consejo le da voz a todos los sectores involucrados de las siete provincias, pero el decreto 949 anula la posibilidad de crear el Consejo», remarca. Ahí se centra la pelea.

 

 

 

 

 

 

 

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