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¿Los robots pueden reemplazarnos en nuestros trabajos?

Hace pocos años era ciencia ficción, hoy es una realidad en constante evolución. La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado no solo para quedarse, sino para abarcar cada vez más aplicaciones que van desde aspectos de nuestra vida cotidiana hasta la resolución de tareas complejas y de alto impacto.

Fuente: Redacción El Agrario

Es lógico que se planteen dudas o cuestionamientos a su utilización, habida cuenta que se ha comprobado históricamente que cada avance tecnológico importante generalmente ocasiona el reemplazo del esfuerzo humano por el trabajo de una máquina.

Pero la contracara de la pérdida de puestos de trabajo es la generación de otros nuevos, los cuales, por supuesto, requieren de mayores conocimientos, entrenamiento y formación. Al fin y al cabo, todo forma parte de la evolución humana y su entorno.

Sin embargo, últimamente han aparecido posiciones contradictorias respecto a la IA, incluso de quienes en su momento fueron los promotores de su aplicación generalizada.

Por eso nos pareció interesante comenzar a reflejar ese debate que se ha abierto y cuyo desenlace todavía no está claro.

Hugo Maguey es el director de la Gaceta Digital de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es experto en comunicación y mercadotecnia, en plataformas digitales, interacción y diseño de estrategias para comunicación institucional interna y externa. También trabaja en acciones de Liderazgo y Formación de colaboradores. Periodista de origen: Fundador de Animal PolíticoEl Universal Online y Excélsior Online.

Recientemente, publicó en la Gaceta de la UNAM un artículo titulado “Contra la IA, intereses económicos” y señala los riesgos de que los contenidos se usen con fines no éticos.

A continuación, transcribimos su por demás interesante artículo:

Para Luis Pineda Cortés, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (UNAM), hay que tener conciencia del impacto de estas nuevas tecnologías.

Sólo un mes después de firmar una carta en la que más de mil personalidades pedían que se apagara ChatGPT, por considerar que supone riesgos para la humanidad, el fundador de Tesla, Elon Musk, anunció que lanzará su propio servicio de inteligencia artificial para hacer competencia al chatbot desarrollado por Open IA.

Por su lado, Luis Pineda Cortés, del departamento de Ciencias de Computación y experto en inteligencia artificial, señala que “siempre existe el riesgo de que los contenidos se utilicen de manera dolosa, con fines no éticos o motivados por intereses particulares, ya sean económicos o políticos. Tenemos que estar al tanto de ese riesgo potencial”.

Pineda Cortés señala que “no hay que tener miedo de estas tecnologías, pero sí hay que tener conciencia de su impacto. Se requiere que la sociedad aprenda a utilizarlas, pero en sí no veo que haya por qué tenerles miedo. El reto que están poniendo estas herramientas, ya presentes desde hace mucho tiempo, ahora se presenta de una forma diferente y sofisticada”.

El experto señala que “ChatGPT es una herramienta, digamos, superficial, que básicamente lo que hace es establecer relaciones estadísticas entre los textos que puede analizar y predice el texto más probable. Dependiendo del texto que se dé es la respuesta, con base a las correlaciones que tiene programadas anteriormente. Lo que no es tan claro para mucha gente es que las respuestas que da ChatGPT no es una sola, sino muchas y después hay un procesamiento que elige la respuesta más accesible a los seres humanos. Aparte lo ordena con una estructura retórica bastante rígida. Lo que produce en su primera etapa es cuáles son las probabilidades de que ocurra una palabra entre todo el lenguaje, partiendo de las palabras del texto de entrada para todas las palabras”.

Mientras más automatizada sea tu actividad, entre más inhumana, por así decirlo, es más fácil de sustituir»

¿Hay peligro de perder los empleos?

Perder el trabajo porque una máquina pueda reemplazarnos es una inquietud de mucha gente ante la tecnología. Desde que se masificó ChatGPT, en redes sociales y en medios, una de las grandes preguntas ha sido si esta herramienta nos dejará sin empleo.

Ante esta situación Pineda señala que sí hay riesgos. Sin embargo, se requieren personas más activas para poder capitalizar sus fortalezas y para prevenir o disminuir los riesgos.

“Entonces por eso la carta, me parece, es por cuestiones protagónicas, incluso quien pide el paro total, y de mucha gente pensando que va a perder su empleo por ChatGPT. La tecnología hace que cambien las formas laborales. La preocupación de la gente se puede resolver con una pregunta: ¿Qué tan automatizable es lo que haces, o qué tan humano es? Esa inquietud existe desde los telares, por ejemplo, no es reciente, y mientras más automatizada sea tu actividad, entre más inhumana, por así decirlo, es más fácil de sustituir”.

Para quienes temen perder el empleo, la reflexión es, concluye Pineda, “¿qué tanto de tu actividad realmente es reemplazable?, ¿qué tanto eres humano en tus horas laborales? Con eso, la mayoría de la gente se puede responder. Si quieren ser más humanos, entonces que las máquinas hagan el trabajo y hay que ocuparse de enriquecerse como persona para que la actividad profesional, social sea en general más humana”.

Hasta aquí el artículo de Hugo Maguey que, como buen periodista, deja tal vez más cuestionamientos que respuestas, y deja flotando en el aire el interrogante de ¿qué tan humanos somos en nuestro trabajo? Porque está claro que muchísimas tareas que hasta hace pocos años eran realizadas por seres humanos hoy las concretan con mayor eficiencia robots especializados.

Sin embargo, tal vez la cuestión está en qué cosas, qué actividades, qué funciones solamente las pueden hacer los seres humanos. ¿Puede la IA sentir? ¿O sólo es un reflejo de quienes la programaron?

 

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