La emergencia del discurso neofascista de Milei y la reivindicación de genocidas de Villarruel. Por Oscar Rodríguez
Para el autor, ambas convergen de manera alarmante y socavan los valores y pilares democráticos fundamentales de la sociedad argentina
El surgimiento del discurso neo-fascista en Argentina, liderado por Javier Miley, y la reivindicación de genocidas por parte de Victoria Villaruel, constituyen una convergencia alarmante que socava los valores democráticos y los pilares fundamentales de la sociedad argentina.
Argentina, una nación que sufrió brutalmente bajo la dictadura cívico-militar, parecía haber avanzado en la consolidación de su democracia y en la búsqueda de justicia para las víctimas. Sin embargo, este resurgimiento de la intolerancia y el revisionismo histórico descarado es una afrenta directa a la memoria de los miles de desaparecidos y asesinados durante ese oscuro período.
El discurso neo-fascista de Javier Miley destila desprecio por los valores democráticos. Su retórica autoritaria, populista y excluyente ataca la esencia misma de la democracia, que se basa en la tolerancia, el respeto por las diferencias y el ejercicio de la libertad individual. La democracia argentina, que costó vidas y sacrificios, está siendo vilipendiada por aquellos que buscan promover una visión política peligrosa y divisiva.
La reivindicación de genocidas por parte de Victoria Villaruel es un acto de negación de la historia y de profunda crueldad hacia las víctimas. Los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura cívico-militar han sido documentados y probados exhaustivamente. Negar estos hechos o tratar de justificarlos ataca directamente el principio básico de justicia y verdad que debe prevalecer en cualquier sociedad democrática.
La convergencia del discurso neo-fascista y la reivindicación de genocidas ha provocado una polarización intensa en la sociedad argentina. La retórica de «nosotros contra ellos» está creando divisiones profundas y peligrosas. Esta polarización socava la cohesión social y dificulta la búsqueda de soluciones a los desafíos económicos, sociales y políticos reales que enfrenta el país.
La reivindicación de genocidas y la minimización de los crímenes de la dictadura socavan la memoria histórica en Argentina. La verdad sobre lo que sucedió durante ese período oscuro es esencial para garantizar que NUNCA MÁS vuelva a repetirse. La radicalización inherente al discurso neo-fascista aumenta el riesgo de violencia política y social en Argentina. La historia nos ha demostrado cuán peligroso puede ser el extremismo político. Esta amenaza de conflicto socava la paz y la estabilidad que la sociedad argentina ha buscado mantener.
La emergencia del discurso neo-fascista de Javier Miley y la reivindicación de genocidas por Victoria Villaruel en Argentina es un desarrollo profundamente inquietante y repugnante. No se debe subestimar la gravedad de estas amenazas, que atacan a la democracia, los derechos humanos y la memoria histórica. Nuestra sociedad se encuentra en un punto de inflexión en el que debe resistir con firmeza estas tendencias, reafirmando su compromiso con los valores democráticos y la justicia, y garantizando que la memoria de los 30 mil desaparecidos sea honrada y protegida.