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¿Por qué una reforma laboral no abrirá las puertas a nuevos empleos?

Fuente: Identidad Colectiva

Resuelto a ser candidato a la presidencia en 2023 aunque sin la intención de que lo corran de la tranquilidad mediática, Horacio Rodríguez Larreta se explayó acerca de la reforma laboral que impulsaría, para satisfacción del poder económico.

En una nueva entrevista periodística ‘protected area’ sin repreguntas molestas, el Jefe de Gobierno porteño siguió endureciendo su discurso flexibilizatorio, con el falso argumento de generar más empleo privado, estable y de calidad, tres cualidades que no se han logrado en las etapas en las que gobernaron el país con políticas que apuntaron a degradar el empleo.

En relación a los diagnósticos y propuestas que está haciendo Larreta y el sector de la derecha que representa acerca de la legislación laboral y las propuestas de modificación, es necesario explicar que desconocen la normativa vigente o mienten en torno a ella para llegar a su objetivo que es, como históricamente lo indican estas fórmulas, doblegar los derechos de los trabajadores.

HRL afirmó que para los empresarios la indemnización por despido se triplica y esto es otra mentira o ignorancia, ya que los resarcimientos están tarifados. “Lo que hay provisoriamente hasta fin de junio es un incremento del 25% en las indemnizaciones por despido, que viene de la emergencia nacional, con la desocupación y las indemnizaciones dispuestas el 13 de diciembre de 2019, cuando se decidió la prohibición de los despidos”, aclaró Gustavo Ciampa, Presidente de la Corriente de Abogados Laboralistas  7 de Julio.

En la actualidad ya no hay prohibición de despidos y el monto indemnizatorio se fue reduciendo hasta alcanzar ahora sólo el 25%; nunca fue el triple, como afirmó el Jefe de Gobierno. Si Larreta se refiere a cómo se agrava la indemnización por despido por la falta de pago al tratarse de despidos sin causa, Ciampa planteó que “la renuencia al pago sí genera un agravamiento que alcanza el 50%, pero no del 300%, como falsamente afirma el jefe de Gobierno”.

Otra ¿mentira o desconocimiento? Es la afirmación que ese 50% de agravamiento de la pena no va a los trabajadores. También va a los trabajadores, aseveró el abogado, ya que todo pago de un crédito laboral en juicio se hace a través del juzgado, con lo cual hay un férreo control de quién cobra el dinero porque es el mismo juzgado el que transfiere a una cuenta bancaria y debe acreditarse que es de titularidad exclusiva del trabajador o trabajadora que hace el juicio. “Es falso, es desconocimiento o es mentira. Y lo que dicen acerca de que la plata se la llevan los abogados también es falso: los abogados estamos habilitados a celebrar un acuerdo con nuestros clientes y no puede superar el 20% de lo que cobra el demandante, con lo cual ahí también mienten”, respondió el abogado.

En relación a las propuestas de modificación de la ley laboral, invocando que las relaciones laborales y la forma de trabajar cambiaron y que con estas leyes no se genera empleo, en Argentina por desgracia para los que padecieron los malos momentos y afortunadamente para evaluar las propuestas que hace Larreta, contamos con datos duros. Lo que propone Larreta, con la degradación de los derechos laborales invocando que era el modo de generar empleo ya pasó y está demostrado el fracaso de ese criterio.

Años de tempestades

  • La primera tanda de flexibilización laboral se dio durante la dictadura cívico militar, que mutiló la ley de contrato de trabajo y los convenios colectivos de trabajo, prohibió la negociación colectiva, convirtió un derecho humano como el derecho de huelga en un delito de derecho penal sancionado con pena de prisión.
  • La segunda etapa de flexibilización en la Argentina se dio entre los años 1989 y 2001. En ese lapso hubo una primera norma ‘ómnibus’ dictada en diciembre de 1991, que generó un enorme desempleo y a la que paradójicamente denominaron Ley de Empleo.
  • A diciembre de 1991 la desocupación rondaba el 6% de la población económicamente activa.
  • La ley referida creó cuatro formas de contratación: dos de ellas sin derecho de indemnización y las otras dos con una indemnización de tan solo medio sueldo, y apuntando a modos de contratación flexible y sin indemnización, tal como pretenden Larreta u otros referentes de la derecha y del mundo empresarial, como la denominada Mochila Argentina.
  • A través de esta forma de degradación de derechos la desocupación creció y se agravó del 6% al 12% en 1995. En definitiva, la flexibilización, más que ayudar a la creación, sólo obtuvo como resultado la destrucción del empleo.
  • Así como ocurrió esto en 1995 hubo otra reforma laboral que creó nuevas formas de contratación sin derecho a indemnización o con indemnización reducida, que además continuó con la política que había encarado el exministro Domingo Cavallo, de exenciones de contribuciones patronales.
  • En 1998 se agregó una nueva reforma laboral en la que se les reduciría y liberaría de responsabilidad a las grandes empresas, frente a los trabajadores, contratistas y subcontratistas que se mantenían dentro de un régimen indemnizatorio.
  • En el año 2000 hubo otra andanada flexibilizatoria a la que se denominó la ‘ley banelco’, que llevó a que durante el primer año de contratación el trabajador no tuviera derecho a indemnización en caso de despido. En ese tramo la desocupación creció al 21%.

“Está demostrado que las propuestas de Larreta y otras parecidas que provienen de sectores similares, en lugar de ayudar a construir empleo, lo que hacen es destruirlo, ya que la desocupación creció del 6% en diciembre de 1991 al 21,5% a principio del año 2002”, expresó Gustavo Ciampa.

Nuevos vientos

A partir de la asunción de Néstor Kirchner en 2003 y la derogación de la apodada Ley Banelco al año siguiente, se inició un gran proceso de mejoras en los derechos de los trabajadores y trabajadoras, ya sea restableciendo algunos de ellos que habían sido conculcados por la dictadura y otros por la etapa flexibilizadora de los ’90, y además ampliando nuevos derechos.

Este ciclo, que fue muy criticado por los sectores del capital concentrado de nuestro país, contó con la elaboración y presentación de innumerables proyectos, muchos de ellos presentados y empujados en el Congreso de la Nación por el abogado laboralista y Diputado Nacional (MC) Héctor Recalde durante las presidencias de Néstor y Cristina.

En ese lapso, entre mediados de 2002 con el 21.5% de desocupación y mediando estas leyes que mejoraron los derechos de los trabajadores observamos que ocurrió, entre otras cosas, lo siguiente:

  • Restablecieron el sistema de indemnización por despido
  • Volvieron las negociaciones colectivas de trabajo
  • Ultraactividad de los convenios en los convenios colectivos de trabajo, que es un principio que permite regular las relaciones entre trabajadores y empresas cuando el convenio colectivo pierde su vigencia.
  • Prevalencia de la norma más valorable
  • Establecieron el derecho de los trabajadores a accionar por el restablecimiento de las condiciones de trabajo cuando habían sido modificadas ilegalmente por los empleadores
  • Elevaron el principio de irrenunciabilidad conjunto con el principio de progresividad que no pueden haber modificaciones regresivas en los contratos de trabajo,
  • Restablecieron el principio de la reforma más favorable en materia laboral
  • Se restableció el estatuto del peón rural
  • La nueva ley de trabajadoras y trabajadores de servicios domésticos

“Durante el período que se mantuvo este proceso la desocupación bajó del 21.5% en diciembre de 1991 al 6% en diciembre de 2015. Cuando se mejoraron los derechos de los trabajadores bajó la desocupación”, sostuvo el docente y asesor sindical.

Conclusión

Las normas laborales no generan empleo por sí mismas, pero pueden ayudar a distribuirlo. Por eso es importante instalar el debate que derive en la reducción de la jornada laboral. En nuestro país aún persiste una jornada similar a hace cien años, ignorando los avances tecnológicos. “Se hace insostenible este sistema. Es necesaria una reducción para para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y redistribuir el trabajo existente, ocupando los mismos puestos de trabajo con mayor cantidad de gente”, concluye Ciampa.

En definitiva, lo que genera o destruye el empleo es la economía. Las leyes laborales pueden ayudar a destruir empleo, como hemos visto en las distintas etapas neoliberales y flexibilizatorias que tuvo la Argentina o a mantener el empleo, como son las normas que protegen al trabajador. Las normas laborales preservan y enarbolan el respeto y la dignidad de las personas que trabajan. La generación de empleo debe venir por el lado de la política económica.

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