¿Por qué no hay que cerrar Aerolíneas Argentinas?

El expresidente Mauricio Macri insistió con que le gustaría cerrar Aerolíneas Argentina e incluso se animó a comparar a los aviones con colectivos con alas, con tal desconocimiento que ignora que los subsidios a los medios de transporte terrestre duplican los de la empresa aérea de bandera.
El hombre que debería responder por qué no pagó los millones de dólares del Correo, que son de todos los argentinos, y que cuando fue presidente viajó a EEUU a ocuparse de la exportación de limones, negocio en el que estaba involucrado. También vendió Macriair, una empresa de aviación que tenía u$s 600.000.- de activos e igual pasivo, pero se la vendió a Avianca Argentina por diez millones de dólares con múltiples promesas que le proporcionarían excelentes ganancias. Pero al no cumplir esos compromisos la empresa cerró y los perjudicados fueron los trabajadores que quedaron en la calle.
“Todo lo que tocó Macri lo rompió y la aviación no fue la excepción”, afirmó Pablo Biró, el Secretario General de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), uno de los dirigentes gremiales a los que el expresidente apunta como uno de sus archienemigos. Los datos confirman las palabras del dirigente gremial: LAN dio excelentes ganancias hasta 2015. Con todos los balances en verde en su historia, durante el macrismo crecieron las pérdidas y decidió dejar de operar en vuelos de cabotaje, dejando a 1.800 familias en la calle. Otra empresa, ANDES, tenía alrededor de diez aviones y también tuvo que dejar de operar. En el caso de Avianca estaba involucrado un empresario amigo con su compañía familiar. Fly Bondi tenía embarcados a funcionarios de su gabinete y sus socios.
Aunque le otorgó importantes subsidios a las low cost, reclama por los que recibe Aerolíneas Argentinas, lo cual es falso ya que cuando se contabilizan los aportes impositivos que efectúa en ingresos Brutos, IVA, tasas aeroportuarias, aportes, al Estado se le reducen al mínimo los costos. Además, genera ingresos que multiplican por cuatro cada dólar invertido
Lo que Macri no dice -y ningún periodista al que le concede entrevistas le pregunta- es que cuando llegó al país Flybondi le crearon un aeropuerto especial por millones de dólares para justificar una tasa más barata, a la que además bonificaron un 70%, pero una vez concluido el aeropuerto instalaron la base en la provincia de Córdoba, le otorgó una excepción de Ingresos Brutos e IVA. “Aerolíneas le devuelve al Estado más de lo que recibe en subsidios y Macri sólo buscó subsidios y beneficios para sus amigos y para él”, dijo Biró.
Las líneas aéreas privadas buscan sólo la parte más jugosa de un negocio muy complejo, como es la aviación. Tiene estacionalidades incluso dentro de las estaciones y aún de cada día de la semana. Cuando se habla de conectividad a muchas empresas no les interesa pero al Estado sí porque implica desarrollo económico. “Cada aeropuerto pasa a ser un polo industrial que genera empleos directos, indirectos, derivados, catalíticos, de sencillo o más complejo entendimiento”, narró Biró.
El turismo receptivo motoriza infinitas posibilidades de crecimiento. Al llegar a un pueblo los extranjeros consumen y dejan dólares que impactan en el desarrollo comercial e industrial: hoteles, ventas y alquileres de viviendas y locales, remises, restaurantes, kombis de turismo, espacios de esparcimiento, construcción y los innumerables puestos de trabajo que forjan. “A la vez, ese movimiento enorme de dinero produce importantes ingresos de dinero en impuestos al Estado. Lejos de ser oneroso, Aerolíneas Argentinas es muy rentable para el país”, precisó el gremialista.
Vuelos soberanos
Hay medidas y costos que evidentemente el expresidente Macri no evalúa. Argentina es uno de los países más extensos de la tierra; por esa razón la conectividad aérea no implica lo mismo para nosotros que para otros países cuyos territorios ocupan las mismas dimensiones que algunas de nuestras provincias.
- Si nos retrotraemos cuarenta años, los vuelos a distintos países que proveyeron armas a la Argentina durante la guerra de Malvinas hubieran resultado carísimos e inclusive, en algunos casos imposibles de efectuar de no haber contado con una línea de bandera.
- Cuando entró en erupción el volcán en el sur y la lluvia de cenizas que atemorizó a toda la población ‘partió’ el país al medio, las empresas privadas se negaron a volar y fue AA la que realizaba travesías mucho más extensas y prolongadas, incluso cruzando a Chile y dando una vuelta mayor para no dejar aisladas a las provincias sureñas.
- Cuando comenzó la pandemia y no se conseguían insumos hubo más de cuarenta vuelos a China y otros destinos para buscar insumos en aviones de Aerolíneas, en los que en muchos casos se modificaron rutas aéreas para no atravesar determinados cielos en los que habían sido interceptados aviones para secuestrarles esos materiales.
- Cuando no había vacunas o sólo podían aparecer en canje por soberanía y con transporte a cargo de nuestro país, a un costo de cien dólares por kilo de carga cuando el costo habitual era tan solo de cuatro, la empresa de bandera lo hizo al costo, con doble o triple tripulación en algunos casos, con 72 horas sin bajar del avión, sin baños, en operaciones sumamente riesgosas para traer las vacunas.
- También en el inicio de la pandemia fueron miles los pasajeros que viajaron al exterior con otras compañías y quedaron varados sin poder regresar al país: la decisión política de repatriarlos se pudo asumir por contar con una línea de bandera.
“¿Eso lo pondera Macri? ¿Tiene valor económico? ¿Cuántas vidas se salvaron? Es muy difícil dimensionarlo, pero todos sabemos que cuando estalló la pandemia, EEUU, la potencia más grande del planeta, los dueños del capital mundial, tenían en Nueva York fosas comunes y camiones frigoríficos con cadáveres. En la Argentina no sucedió porque se tomó la decisión política de poner a disposición la línea de bandera”, exclamó Biró.
La empresa es fuente de trabajo directo de alrededor de 10.000 trabajadores, a los que hay que sumar a los indirectos, tercerizados, seguridad y empresas proveedoras para las que la empresa es un cliente muy importante, con los que alcanzan a unos 50.000. “Macri pretende degradar a trabajadores que quieren a la empresa y la quieren mejor cada día, son trabajadores que tienen el cóndor de Aerollíneas grabado en el corazón”, describe el secretario general de los pilotos.
Aerolíneas tiene un acuerdo con el Incucai para priorizar el traslado de órganos. Cuando alguien lo espera para sobrevivir y llega el avión de una empresa comercial donde el principal objeto es el mercantilismo, suben los pasajeros y si todavía no llegó el órgano el vuelo parte igual. Si se trata de AA, si hay que esperar porque se dio aviso del traslado de un órgano, se demora el vuelo. “Hay una función social real implementada, que no es comparable con los que tienen lavaderos de guita, tarifas de dumping y fondos buitres de inversión inmensamente ricos, con distribución dispar y más poder que la mayoría de los países. Países que muchas veces convalidan la pobreza donde no deberían convalidarla. Solamente a un tape bruto como a Macri se le puede ocurrir no poner un peso más en Aerolíneas Argentinas”, se enoja el gremialista.
Al contrario de la propuesta de Macri y otros dirigentes de la derecha argentina, lo que se impone en la actualidad es invertir y duplicar la flota en aviones con flota moderna, tanto de pasajeros como de cargueros, y salir con fuerza a buscar pasajeros por el mundo para crear miles de fuentes de trabajo e ingresos importantes para el país. “Si Shakira hubiera opinado de Aerolíneas le prestaría más atención que a Macri”, apuntó.
Finalmente, Biró remarcó que a lo que sí le daría mucha importancia es a la falta de planificación en el corto, mediano y largo plazo de nuestra estructura logística, energética y de la explotación de nuestros recursos naturales para poner la Argentina en marcha e industrializarla. “Al contrario de los que quieren hacer un paraíso fiscal y la especulación, hay que combatir la injusticia social con desarrollo. Aerolíneas no es una línea aérea, es la Argentina misma”, concluyó.
Mitos y números de nuestra empresa aérea de bandera
Días atrás, el ex Presidente de Aerolíneas Argentinas, abogado y Senador Nacional Mariano Recalde, publicó un hilo de twitter en el que marcó algunas precisiones, a la vez que desbarató algunos mitos:
El enlace en las redes refuta al expresidente Macri e insta a abrir un debate serio, con un planteo inicial: “Sinceremos el debate. Si quieren privatizar Aerolíneas, si la conectividad del país no les importa, háganse cargo sin recurrir a la mentira”.
Primer mito
- No es cierto que no nos interese tener una gestión de la aerolínea eficiente y con resultado económico positivo. Tampoco es cierto que sean eficientes los que se autoperciben como el mejor equipo de los últimos 50 años.
- En 2015 dejamos la empresa con un déficit de -200 millones de dólares. En 2018 y 2019, gobierno de Macri, el resultado fue de -552 y -667 millones de dólares. Empeoraron el déficit.
- En 2020, con pandemia y todo, se redujo a -654 millones y en 2021, a -438 millones. Esto demuestra que Macri le hizo más daño a las finanzas de Aerolíneas Argentinas que la pandemia.
Segundo mito
- No es cierto que la gestión de Aerolíneas se deba calificar solamente en función de su balance. Una buena gestión es la que hace que Aerolíneas Argentinas aporte al crecimiento económico del país.
- Volando en sus niveles normales, la empresa genera un impacto económico sobre el PBI de $3.800 millones de dólares entre efecto directo, indirecto e inducido. Solo en impuestos, Aerolíneas le paga al Estado 380 millones de dólares: el 80% de los aportes que recibe.
- Cuando Aerolíneas estaba privatizada, no había vuelos a muchas provincias porque no era rentable. Hoy no solo se llega a todas las provincias sino que también hay 43 tramos sin pasar por Buenos Aires.
- De esos, hay 21 rutas troncales a las que no llega ninguna otra aerolínea. Y de los 43 tramos entre provincias, solo en 5 también hay vuelos privados.
Tercer mito
- No se puede evaluar la función de Aerolíneas Argentinas solamente desde lo económico. Hay que tener en cuenta la función social que cumple, el valor intangible del servicio que presta en un país tan alejado y tan extenso como el nuestro.
- Se puede medir el impacto económico de los turistas e incluso de las inversiones que llegan a través de los empresarios que viajan, pero: ¿Alguien me puede decir el valor de trasladar a tiempo a un paciente, un médico o un órgano para salvar una vida?
- ¿Y el de llevar grandes artistas, a un hijo a visitar a su familia o a docentes a dar clases? O tener conectadas todas las capitales de provincias con la Capital Federal, algo que no ocurría cuando era privada, y con vuelos diarios aunque generen pérdidas.
- ¿Cuánto vale tener los aviones a disposición para repatriar varados en el exterior, para ir a buscar insumos sanitarios primero y las vacunas después?
- Por último. Macri dice que un avión es un “colectivo con alas” y que por eso tiene que ser privado. Lo que no dice es que los subsidios al transporte automotor son de $135 mil millones, más del doble de lo que recibe Aerolíneas.
- Pero con una particularidad: casi el 80% de los subsidios a los colectivos se queda en la Ciudad de Buenos Aires y en manos de empresas privadas. Tal vez por eso a Macri no le parecen mal. Los que le molestan son los que recibe una empresa estatal que conecta al país.
- Sinceremos el debate. Si quieren privatizar Aerolíneas, si la conectividad del país no les importa, háganse cargo sin recurrir a la mentira.