En diez años, decenas de valiosas empresas rematadas a precio vil, corrupción y deuda externa a más del doble
Para el economista Claudio Lozano, el menemismo marcó la segunda etapa del proyecto económico encarado por la dictadura del ’76
El economista y Director del Banco Nación manifestó que durante la presidencia de Carlos Menem la deuda externa creció de 65.000 millones de dólares a 120.000 millones. En ese sentido, remarcó que con sus políticas, además de profundizar el endeudamiento externo, llevó a fondo el desguace del Estado y facilitó la concentración y la extranjerización de la economía, la desindustrialización y el empobrecimiento de la sociedad.
Además, Lozano criticó las políticas que implementó el expresidente fallecido el domingo, afirmando que durante su gobierno «Menem perpetró el más monumental desconocimiento del mandato popular al cambiar su compromiso electoral con la revolución productiva y el salariazo por las políticas neoliberales del consenso de Washington, el FMI y el Banco Mundial».
En diálogo con Luisa Valmaggia y Hugo Gulman en Radio Cooperativa, el integrante del directorio del Banco Nación aseguró que aseguró que al asumir la presidencia, Carlos Menem contaba con alternativas y condiciones para encarar una política económica diferente que apuntalara el trabajo y la producción. Ante una consulta, recordó que en las elecciones de 1989 su principal oponente, el radical Eduardo Angeloz, era quien proponía la agenda privatista, ajustes y recortes. «Menem se oponía a las privatizaciones y expresaba el repudio a ese camino, estafó la voluntad popular, cediendo el ministerio de economía a uno de los principales grupos empresarios», expresó.
Asímismo, Lozano dijo no fue casual que es esos tiempos tuviera una especial relevancia el fenómeno de la corrupción, necesaria para imponer el proceso de apertura económica, el endeudamiento, la pauperización del pueblo, el remate de las empresas a precio vil, la concentración de los diferentes mercados y la cartelización, con la que precarizaron las fuentes de trabajo. «Había condiciones para defender los bienes del estado porque las condiciones siempre son una discusión», expuso.
Finalmente, opinó que todo lo que implicó el desmonte del aparato estatal por parte de la experiencia menemista permanece aún hoy y nos enfrenta con grandes limitaciones a la hora de recomponer la capacidad de funcionamiento y de orientar el desarrollo de la Argentina.